Por práctica de sí entiendo, siguiendo a Foucault, la manera como el sujeto se relaciona consigo mismo (Foucault, 1999:367). “La clase de relación que se debería tener con uno mismo, rapport a soi, que llama ética y que determina cómo el individuo supuestamente se constituye como sujeto moral de su propia acción”[1]
Foucault distingue entre una moral como código y una moral que tiende a una ética. Por moral entiende el conjunto de valores y reglas -código moral- que se prescriben a los individuos a través de actos que están permitidos o prohibidos, pero establece una acepción complementaria: por moral también se entiende el comportamiento de los individuos respecto a las reglas y valores que se les proponen, “modo de sujeción”. El modo de sujeción se determina por el trabajo que el individuo efectúa sobre sí mismo -áskesis- basado en las prescripciones de los códigos o en la posibilidad de elaborar la existencia como una estética.
El ser humano como sujeto – como forma constituida-, siempre está en relación de poder con el otro, pero desde su condición de individuo puede encontrar la posibilidad de un ejercicio del poder desde el “gobierno de sí mismo” como una práctica de libertad. El problema de la libertad concierne a lo que somos, a lo que hacemos y a cómo nos percibimos.
Tornar la mirada hacia uno mismo significa, no ya mirar la ley sino, por contrario, tornar los ojos hacia sí para reconocerse en lo que uno es.
[1] Donda, Cristina Solange: “Lecciones sobre Michel foucault. Saber, sujeto, instituciones y poder político”. Editorial Universitas, Córdoba, 2003
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